Velasco Espinal, J. A., Fuentes Vega, A., Barrera Galván, J., Gama Velázquez, J. M., Velazquez Rivera, L.,
Pineda Castillo, A. E., & Ruiz Reyes, D.
80
e-ISSN 3073-1151 Julio-
Septiembre, 2025 Vol.
2, Núm. 3, 80-96
Revista Científica Multidisciplinar
Artículo de Investigación
Nuevas perspectivas en el tratamiento del dolor crónico: de
la farmacología a las terapias complementarias
New Perspectives in the Treatment of Chronic Pain: From Pharmacology to
Complementary Therapies
1
Universidad del Valle de Cuernavaca, Morelos, México
2
Universidad del Valle de México, Ciudad de México, México
3
Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Morelos, México
4
Instituto Politécnico Nacional, Ciudad de México, México
Recibido: 2025-05-01 / Aceptado: 2025-06-02 / Publicado: 2025-07-01
RESUMEN
Este artículo analiza nuevas perspectivas para tratar el dolor crónico, examinando la transición de la farmacoterapia
convencional hacia enfoques integrales que combinan intervenciones farmacológicas con terapias complementarias y
modelos interdisciplinarios. Se revisaron 24 publicaciones científicas recientes mediante un análisis documental
cualitativo. Los documentos seleccionados describen la eficacia de opioides, AINEs, antidepresivos y anticonvulsivantes,
así como estrategias como terapia cognitivo-conductual, fisioterapia, mindfulness, yoga y acupuntura. El estudio resalta
que la mayoría de las investigaciones apoya la combinación de tratamientos farmacológicos con intervenciones no
farmacológicas para optimizar el control del dolor y mejorar la calidad de vida del paciente. Se identificaron elementos
clave de los modelos biopsicosociales, como la evaluación integral, la planificación individualizada, la educación en
autocuidado y la participación de equipos multidisciplinarios. Se reconoce como limitación principal la heterogeneidad
metodológica de los estudios revisados y la concentración dedatos en países de altos ingresos. Se recomienda profundizar
en investigaciones multicéntricas y estudios de costo-efectividad que validen la implementación de estos modelos en
contextos diversos. Los hallazgos confirman la necesidad de replantear estrategias tradicionales y consolidar programas
de manejo del dolor crónico basados en evidencia, interdisciplinarios y centrados en la persona.
Palabras clave: acupuntura, dolor crónico, fisioterapia, modelos biopsicosociales, opioides, terapias complementarias
ABSTRACT
This article analyzes new perspectives for treating chronic pain by examining the shift from conventional
pharmacotherapy to integrated approaches that combine drug interventions with complementary therapies and
interdisciplinary models. Twenty-four recent scientific publications were reviewed using a qualitative documentary
analysis. The selected documents describe the effectiveness of opioids, NSAIDs, antidepressants, and anticonvulsants, as
well as strategies such as cognitive-behavioral therapy, physiotherapy, mindfulness, yoga, and acupuncture. The study
highlights that most research supports combining pharmacological treatments with non-pharmacological interventions to
optimize pain control and improve patients’ quality of life. Key elements of biopsychosocial models were identified,
including comprehensive assessment, individualized planning, self-care education, and multidisciplinary team
participation. The main limitation is the methodological heterogeneity of the reviewed studies and the concentration of
data from high-incomecountries. Further multicenter research and cost-effectiveness studies are recommended to
validate these models’ implementation in diverse contexts. The findings confirm the need to rethink traditional strategies
and strengthen evidence-based, interdisciplinary, patient-centered chronic pain management programs.
keywords: acupuncture, biopsychosocial models, chronic pain, complementary therapies, opioids,
physiotherapy
Jorge Angel Velasco Espinal
1
Allison Fuentes Vega
1
Jesus Miguel Gama Velázquez
1
Alan Emiliano Pineda Castillo
3
Javier Barrera Galván
2
Lizbeth Velazquez Rivera
1
Dylan Ruiz Reyes
4
SAGA Rev. Cienc. Multidiscip. | e-ISSN 3073-1151 | Julio-Septiembre, 2025 | vol. 2 | núm. 3 | pág. 80-96
Velasco Espinal, J. A., Fuentes Vega, A., Barrera Galván, J., Gama Velázquez, J. M., Velazquez Rivera, L.,
Pineda Castillo, A. E., & Ruiz Reyes, D.
81
RESUMO
Este artigo analisa novas perspectivas para o tratamento da dor crônica, examinando a transição da farmacoterapia
convencional para abordagens integrais que combinam intervenções farmacológicas com terapias complementares e
modelos interdisciplinares. Foram revisadas 24 publicações científicas recentes por meio de uma análise documental
qualitativa. Os documentos selecionados descrevem a eficácia de opioides, AINEs, antidepressivos e anticonvulsivantes,
bem como estratégias como terapia cognitivo-comportamental, fisioterapia, mindfulness, yoga e acupuntura. O estudo
destaca que a maioria das pesquisas apoia a combinação de tratamentos farmacológicos com intervenções não
farmacológicas para otimizar o controle da dor e melhorar a qualidade de vida do paciente. Foram identificados
elementos-chave dos modelos biopsicossociais, como avaliação integral, planejamento individualizado, educação para o
autocuidado e participação de equipes multidisciplinares. Reconhece-se como principal limitação a heterogeneidade
metodológica dos estudos revisados e a concentração dos dados em países de alta renda. Recomenda-se aprofundar
pesquisas multicêntricas e estudos de custo-efetividade que validem a implementação desses modelos em contextos
diversos. Os achados confirmam a necessidade de repensar estratégias tradicionais e consolidar programas de manejo da
dor crônica baseados em evidências, interdisciplinares e centrados na pessoa.
palavras-chave: acupuntura, dor crônica, fisioterapia, modelos biopsicossociais, opioides, terapias complementares
Forma sugerida de citar (APA):
Velasco Espinal, J. A., Fuentes Vega, A., Barrera Galván, J., Gama Velázquez, J. M., Velazquez Rivera, L., Pineda Castillo, A. E., & Ruiz Reyes, D. (2025).
Nuevas perspectivas en el tratamiento del dolor crónico: de la farmacología a las terapias complementarias. Revista Científica Multidisciplinar SAGA,
2(3), 80-96
Esta obra está bajo una licencia internacional
INTRODUCCIÓN
El dolor crónico representa una de las
mayoresproblemáticasdesalud
contemporánea, afectando entre el 20% y el
30% de la población adulta a nivel global y
generando un impacto profundo tanto en la
calidad de vida de los pacientes como en los
sistemas de salud (Breivik, Eisenberg &
O’Brien, 2013; Cohen, Vase & Hooten, 2021). A
diferencia del dolor agudo, el dolor crónico se
define por su persistencia más allá del
tiempo normal de curación de un tejido o
lesión, usualmente superior a tres meses, y se
caracteriza por mecanismos complejos que
involucran alteraciones neurofisiológicas y
psicosociales (Finnerup et al., 2015; Turk,
Wilson & Cahana, 2011). Esta condición
conlleva elevadoscostos económicos
derivados de la pérdida de productividad
laboral, discapacidad y uso excesivo de
recursos médicos (Gatchel, McGeary,
McGeary & Lippe, 2014).
A lo largo de las últimas décadas, la
farmacoterapia ha constituido la estrategia
principal para el manejo del dolor crónico,
recurriendo a medicamentos como opioides,
antiinflamatoriosnoesteroides(AINEs),
antidepresivos y anticonvulsivantes (Dworkin
et al., 2007; Moulin et al., 2014). Las guías
clínicas actuales recomiendan estas opciones
basadas en la evidencia acumulada sobre su
eficaciaendiversascondicionescomo
neuropatías diabéticas, fibromialgia y dolor
lumbar crónico (Bril et al., 2011; Attal et al.,
2010). Sin embargo,múltiples estudios
destacan las limitaciones de estos
tratamientos, entre ellas la tolerancia, los
efectos adversos, el riesgo de dependencia
—particularmente conopioides—y la
escasarespuesta terapéutica en algunos
pacientes (Häuser, Petzke, Radbruch & Tölle,
2016; Schug et al., 2015).
La magnitud de la crisis de opioides, sobre
todo en Norteamérica, ha encendido la alarma
sobre la necesidad urgente deexplorar
alternativas y complementar la farmacoterapia
con intervenciones no farmacológicas (Turk et
al., 2011; Cohen et al., 2021). En respuesta a
esta realidad, la literatura científica respalda la
eficaciademodelosbiopsicosocialese
interdisciplinarios, los cuales consideran al
paciente como un sujeto activo dentro de su
proceso terapéutico y no como un receptor
pasivo de fármacos (Gatchel et al., 2014;
Kamper et al., 2015). Este cambio de
paradigma implicaintegrar
tratamientos farmacológicos con
terapias complementarias
SAGA Rev. Cienc. Multidiscip. | e-ISSN 3073-1151 | Julio-Septiembre, 2025 | vol. 2 | núm. 3 | pág. 80-96
Velasco Espinal, J. A., Fuentes Vega, A., Barrera Galván, J., Gama Velázquez, J. M., Velazquez Rivera, L.,
Pineda Castillo, A. E., & Ruiz Reyes, D.
82
basadas en evidencia, tales como la
acupuntura (Vickers et al., 2018), el yoga
(Wieland et al., 2013, 2017) y programas de
mindfulness combinados con intervenciones
psicológicas (Cherkin et al., 2016; Eccleston et
al., 2014).
Diversasrevisionessistemáticasy
metaanálisis han demostrado que las terapias
psicológicas,comola terapiacognitivo-
conductual, la educación para el manejo del
dolor y la reducción del estrés basada en
mindfulness, tienen efectos significativos en la
reducción del dolor percibido y la mejora de la
funcionalidad física y emocional de los
pacientes (Eccleston et al., 2014; Eccleston,
Fisher, Law, Bartlett & Palermo, 2017). La
evidencia sugiere que dichas intervenciones
pueden potenciarse aún más cuando se
combinan con ejercicios físicos y técnicas de
rehabilitación supervisadas (Kamper et al.,
2015; Wieland et al., 2017).
En paralelo, se ha investigado la efectividad
de intervenciones mínimamente invasivas
como las inyecciones epidurales para casos
específicosdedolorespinal,aportando
evidencia a favor desuutilidaden
combinación con la farmacoterapia y la
fisioterapia estructurada (Bicket, Dunn &
Dombrowski, 2018; Chou et al., 2016).
Además, seobservauna crecientedemandapor
parte de los pacientes hacia prácticas
de medicina complementaria y alternativas,
lo cual se refleja en el aumento sostenido
del gasto y la frecuencia de visitas a
proveedores de CAM (Complementary and
Alternative Medicine) (Nahin,Barnes,
Stussman & Bloom, 2009).
Ante este panorama, expertos han
señalado la necesidad de adoptar un enfoque
holístico que involucre a todos los actores del
proceso asistencial, incluyendo
profesionales de la salud, pacientes,
familias y comunidades (Kress et al., 2015;
Gatchel et al., 2014). Esta visión colaborativa
facilita la construcción de planes
terapéuticosindividualizados,
adaptados alascaracterísticasclínicas,
psicológicas y sociales de cada paciente (Turk
et al., 2011; Moulin et al., 2014).
El presente trabajo se propone contribuir a
esta discusión mediante un
análisisdocumental exhaustivo de la
literatura más relevante,
centrado en identificar y examinar
críticamente los avancesrecientesen el
tratamiento farmacológico del dolor crónico y
el papel de las terapias complementarias
(Finnerup et al., 2015; Häuser et al., 2012). Se
revisan guías clínicas, consensos
internacionales, revisiones Cochrane y
metaanálisis de alto impacto (Dworkin et al.,
2007; Attal et al., 2010; Bril et al., 2011), con el
objetivo de comprender cómo la integración
de estos enfoques puede optimizar los
resultados terapéuticos.
Partiendo de esta base, se plantea como
hipótesis central que la implementación de
estrategias combinadas, basadas en la mejor
evidencia disponible y bajo un modelo
interdisciplinario, puede mejorar laeficaciadel
tratamiento,reducirladependenciade
opioides y aumentar la satisfacción del
paciente (Turk et al., 2011; Cohen et al., 2021).
Para sustentar esta hipótesis, el diseño de este
estudio sigue un enfoque de revisión crítica y
análisis cualitativo de literatura, identificando
fortalezas y vacíos en la evidencia actual, y
sugiriendo líneas de investigación y acción
para el futuro (Gatchel et al., 2014; Kamper et
al., 2015; Kress et al., 2015).
En suma, este artículo pretende ofrecer una
visión actualizada y fundamentada de las
nuevas perspectivas en el abordaje del dolor
crónico,promoviendouncambiode
paradigma haciamodelos deatención
centrados en el paciente, con intervenciones
multimodales, accesibles y sostenibles a largo
plazo (Vickers et al., 2018; Wieland et al.,
2017; Cherkin et al., 2016). La evidencia
revisada no sólo justifica la necesidad de
transitar deun enfoque puramente
farmacológico hacia uno complementario e
integrador, sino que además destaca la
relevancia de la investigación continua y la
educación médica para responder a esta
complejaproblemática de salud pública
(Eccleston et al., 2017; Schug et al., 2015;
Nahin et al., 2009).
METODOLOGÍA
El presente estudio se desarrolló bajo un
enfoquecualitativodetipodocumental,
descriptivo y analítico, orientado a examinar
críticamente la evolución de las estrategias
terapéuticas para el manejo del dolor crónico,
SAGA Rev. Cienc. Multidiscip. | e-ISSN 3073-1151 | Julio-Septiembre, 2025 | vol. 2 | núm. 3 | pág. 80-96
Velasco Espinal, J. A., Fuentes Vega, A., Barrera Galván, J., Gama Velázquez, J. M., Velazquez Rivera, L.,
Pineda Castillo, A. E., & Ruiz Reyes, D.
83
enfatizando la transición desde un modelo
farmacológicotradicionalhaciaenfoques
complementarioseintegrativos.La
investigación se diseñó para sistematizar y
analizar información actualizada proveniente
de fuentes académicas reconocidas, con el
propósitode generar unareflexión
fundamentada que respalde propuestas de
intervención más efectivas y sostenibles.
Enesteestudionosetrabajócon
participantes humanos, sino con un corpus
documental conformado por publicaciones
científicas de alto rigor metodológico. Los
documentos seleccionados incluyeron
artículos originales de investigación,
revisiones sistemáticas, metaanálisis,
consensos deexpertos, guíasclínicas
internacionales y reportes técnicos relevantes
para el abordaje del dolor crónico.
Se establecieron criterios de inclusión
estrictosparagarantizarlacalidady
pertinencia de las fuentes. Se incluyeron
únicamente documentos publicados entre
2007 y 2024, escritos en inglés o español,
revisados por pares y disponibles en texto
completo. Los documentos debían abordar de
forma explícita aspectos relacionados con
farmacoterapia, terapias
complementarias, intervenciones
interdisciplinarias o modelos biopsicosociales
aplicados al manejo del dolor crónico. Se
consideraron variables como el tipo de
intervención, la población objetivo, la calidad
metodológica y la aplicabilidad clínica de los
hallazgos.
Seexcluyerontextosduplicados,
documentos de divulgación sin respaldo
científico, cartas al editor, notas breves,
comentarios sin sustento empírico y estudios
preliminares que carecieran de resultados
concluyentes. De esta forma, se conformó un
corpus final de 24 publicaciones clave,
seleccionadas por su relevancia y aporte al
conocimiento del tema.
El proceso de selección de la muestra
documental se realizó mediante un muestreo
intencional y dirigido, enfocado en identificar
las publicaciones más citadas y recientes
dentro del campo. Labúsquedabibliográficase
llevó a cabo en bases de datos académicas
especializadas, incluyendo PubMed, Scopus,
ScienceDirect, Cochrane Library y Google
Scholar.
Se emplearon descriptores y
combinaciones de palabras clave como
chronic pain, pain management,
pharmacotherapy,
complementary therapies, multidisciplinary
approach, opioids, non-pharmacological
interventions y biopsychosocial model. Para
optimizar la búsqueda, se aplicaron filtros por
idioma, año de publicación, tipo de
documento y disponibilidad de texto
completo.
El corpus se depuró mediante un proceso de
revisión por pares dentro del equipo de
trabajo, quienes verificaron que cada
documento cumpliera con los criterios de
inclusión. Posteriormente,sediseñó
unatablade seguimiento
para registrar información básica de cada
fuente: título, autores, año, objetivo, tipo de
estudio, principales hallazgos y relevancia
temática.
La recopilación de la información se realizó
a través de fichas de análisis documental y
matricescomparativas,diseñadaspara
sistematizar los datos de forma organizada y
facilitar la triangulación de resultados. Cada
fichacontemplóapartadospara extraer
información sobre los objetivos de cada
estudio, lasdefiniciones conceptualesy
operacionales empleadas, el diseño
metodológico, las características de la muestra
(cuando correspondía) y losprincipales
resultados.
Para asegurar la fiabilidad y consistencia de
los datos recabados,se implementó un
protocolodedoble verificación.Cada
documento fue revisado por al menos dos
miembros del equipo de análisis, quienes
contrastaron la información extraída con la
versión original para descartar errores de
interpretación o sesgos de selección.
Además,sediseñóunformato
estandarizado paraclasificar las intervenciones
descritas, agrupándolas en categorías
temáticas: farmacoterapia tradicional,
estrategias farmacológicas emergentes,
terapias psicológicas, intervenciones físicas y
complementarias, y modelos
interdisciplinarios. Este esquema permitió
SAGA Rev. Cienc. Multidiscip. | e-ISSN 3073-1151 | Julio-Septiembre, 2025 | vol. 2 | núm. 3 | pág. 80-96
Velasco Espinal, J. A., Fuentes Vega, A., Barrera Galván, J., Gama Velázquez, J. M., Velazquez Rivera, L.,
Pineda Castillo, A. E., & Ruiz Reyes, D.
84
identificarcoincidencias,divergenciasy
vacíos en la literatura.
El diseño de esta investigación es de tipo no
experimental, transversal y analítico, centrado
en la revisión y síntesis de información
secundaria. La estructura metodológica siguió
una lógica inductiva, que partió de la
identificación de hallazgos parciales para
construirconclusionesintegradasque
respondieran a las preguntas planteadas en la
hipótesis de trabajo.
La revisión documental se complementó
con una etapa de análisis crítico, en la que se
evaluaron las fortalezas, limitaciones y la
aplicabilidad práctica de cada estudio. Se
consideraron aspectos éticos relacionados con
el uso de información pública, garantizando en
todo momento la correcta citación de autores
y la integridad académica del análisis.
El proceso metodológico culminó en la
elaboración de un esquema de síntesis que
articula los hallazgos en torno a las principales
líneas de avance en el tratamiento del dolor
crónico, destacando la necesidad de enfoques
integrados, personalizados y basados en la
mejor evidencia disponible.
Con esta metodología, se busca aportar una
base sólida que oriente tanto a profesionales
de la salud como a investigadores interesados
en desarrollar modelos de atención más
efectivos y centrados en la persona.
RESULTADOS
La presente sección expone de forma
estructurada los principales hallazgos
obtenidos a partir del análisis del corpus
documental seleccionado. Se organiza en
apartados temáticos quedescriben, comparan
y sintetizanlainformaciónmásrelevante
extraída de los estudios revisados, lo que
permite identificar tendencias comunes, áreas
deavance y aspectos persistentesde
controversia en torno al manejo del dolor
crónico.
Los resultados se presentan agrupados
según las categorías establecidas en la fase
metodológica: 1) avances en farmacoterapia
convencional y emergente; 2) impacto y
alcance de las terapias complementarias y no
farmacológicas; y 3) características de los
modelos de intervención interdisciplinaria y
biopsicosocial. Esta organización permite
ofrecer una visión clara y coherente de los
enfoques estudiados, destacando la diversidad
de estrategias que han demostrado eficacia,
así como la amplitud de contextos
poblacionales en los que se aplican.
El análisis se sustenta en indicadores
descriptivos y comparativos, tales como la
frecuenciadeaparicióndeenfoques
terapéuticos, el nivel de recomendación de las
guías consultadas y la consistencia de los
resultados reportadospor revisionesy
metaanálisis. Con ello, se garantiza la solidez
de la información que dará soporte a la
discusión y conclusiones del estudio.
En esta sección se describen los hallazgos
de forma objetiva y sistemática, sin emitir
juiciosinterpretativosnidiscutirsus
implicaciones clínicas, lo cual corresponde al
apartado siguiente.
Tabla 1
Fármacos convencionales y emergentes en el tratamiento
Categoría dePrincipios empleadosIndicaciónMecanismoLimitacionesReferencias
fármaco
Opioides (acciónMorfina, oxicodona, fentaniloDolor nociceptivo,Actúa en receptoresDependencia, tolerancia,Naser et al. (2019);
fuerte) padece de oncologíaopioidesabusoDuarte et al. (2021);
Turk et al. (2011)
AINEsIbuprofeno, naproxeno,DolorInhiben ciclooxigenasaEfectosSiering et al. (2013);
diclofenacomusculoesquelético,y prostaglandinasgastrointestinales yDerry et al. (2017)
traumatismo, lumbar renal
AntidepresivosDuloxetina, amitriptilinaDolor neuropático,ModulaciónSomnolencia, aumentoKosek et al. (2016);
fibromialgianeurotransmisiónde pesoNaser et al. (2021)
serotoninérgica y
noradrenérgica
AnticonvulsivosGabapentina, pregabalinaNeuralgia diabética,Reducción excitabilidadMareo, fatiga, gananciaFernández et al. (2019);
trauma neuropático neuronal de peso Naser et al. (2021)
FármacosModulador de canales iónicos,Dolor neuropáticoNuevas dianas, menosPoca disponibilidad,Kwon et al. (2014);
emergentes
nuevos agonistas/receptoresrefractario dependencia costo elevado Chou et al. (2021)
SAGA Rev. Cienc. Multidiscip. | e-ISSN 3073-1151 | Julio-Septiembre, 2025 | vol. 2 | núm. 3 | pág. 80-96
Velasco Espinal, J. A., Fuentes Vega, A., Barrera Galván, J., Gama Velázquez, J. M., Velazquez Rivera, L.,
Pineda Castillo, A. E., & Ruiz Reyes, D.
85
La Tabla 1 presenta de forma resumida los
principales grupos de fármacos utilizados
actualmente en el manejo del dolor crónico, así
como algunas opciones emergentes que se
encuentran en fase de desarrollo o en etapas
tempranas de aplicación clínica. Se identifican
cincocategoríasrelevantes:opioides
tradicionales, antiinflamatorios no esteroides
(AINEs), antidepresivos, anticonvulsivantes y
fármacos emergentes con mecanismos de
acción innovadores.
Los opioides tradicionales, representados
por fármacos como la morfina, oxicodona y
fentanilo,continúanindicándose
principalmente para el tratamiento del dolor
crónico de origen oncológico o para casos
seleccionados dedolor no oncológico,
destacando por su elevada eficacia analgésica
a corto plazo. Sin embargo, mantienen
limitaciones críticasrelacionadasconla
dependencia, la tolerancia y el riesgo de abuso,
como señalan Häuser et al. (2016), Dworkin et
al. (2007) y Turk et al. (2011).
Porsuparte,losAINEs—como
ibuprofeno, naproxeno y diclofenaco— se
emplean principalmente para el dolor
musculoesquelético, la osteoartritis y el dolor
lumbarcrónico. Son valoradosporsu
disponibilidad y su efecto antiinflamatorio,
pero presentan riesgos asociados a toxicidad
gastrointestinal y renal, especialmente con uso
prolongado (Schug et al., 2015; Cohen et al.,
2021).
Los antidepresivos tricíclicos y duales,
comoduloxetinayamitriptilina,tienen
indicaciones específicas en dolor neuropático y
fibromialgia, debido a su doble efecto
analgésico y modulador del estado de ánimo.
No obstante, su uso puede verse limitado por
efectos adversos como somnolencia y
aumento de peso (Bril et al., 2011; Häuser et
al., 2012).
Los anticonvulsivantes, como gabapentina y
pregabalina, figuran como coadyuvantes
esenciales para el manejo de
neuropatías diabéticas y neuralgias
postherpéticas. Su principal beneficio radica
en la modulación de latransmisión
nerviosa,aunquepueden provocar
mareo, fatiga y aumento de peso como
efectos secundarios relevantes (Finnerup et
al., 2015; Moulin et al., 2014).
Finalmente,losfármacos
emergentes incluyen
moléculas diseñadas para modular canales
iónicos y actuar sobre nuevas dianas
moleculares, con el objetivo de ofrecer
analgesia efectiva con menor riesgo de
dependencia. Aunque prometedores, estos
agentes aún se encuentran en etapas clínicas
tempranas y pueden implicar costos elevados
(Finnerup et al., 2015; Cohen et al., 2021).
La síntesis presentada permite visualizar de
maneracomparativalas ventajas y limitaciones
más relevantes de cada grupo farmacológico,
lo que contribuye a sustentar la necesidad de
explorar estrategias terapéuticas integradoras
y personalizadas, cuyo análisis se desarrolla en
las siguientes secciones de resultados.
Tabla 2
Terapias complementarias y no farmacológicas: evidencia y aplicación
Terapia complementaria
Población o indicación Nivel de evidencia
Ventajas Referencias
AcupunturaDolor lumbar,ModeradoBajo riesgo, mejoraViscusi et al. (2019);
fibromialgia, cefalea síntomas subjetivosChou et al. (2021)
tensional
YogaMejora funcional, estrés,ModeradoMejora movilidad, menorWieland et al. (2017)
ansiedad
ansiedad
MindfulnessEstrés relacionado conModeradoReduce estrés yChiesa et al. (2011);
dolor
percepción de dolor Garland et al. (2014)
Terapia cognitivo-Dolor crónicoAltoEficaz en manejoEhde et al. (2014); Kerns
conductual (TCC)musculoesquelético, estrés emocional del doloret al. (2020)
asociado
Estimulación no invasivaDolor neuropático,ModeradoTécnica no invasiva conKumar et al. (2020);
(TENS)
musculoesquelético
control del dolor Viganó et al. (2021)
Terapias manualesDolor muscular, dolorModeradoAlivia tensión temporalBusser et al. (2015); Chou
(masajes/fisioterapia) lumbar específico
et al. (2020)
Educación para manejoReducción en dolorModeradoPromueve autoeficacia yGoebel et al. (2018)
del dolor crónico persistente
adherencia
SAGA Rev. Cienc. Multidiscip. | e-ISSN 3073-1151 | Julio-Septiembre, 2025 | vol. 2 | núm. 3 | pág. 80-96
Velasco Espinal, J. A., Fuentes Vega, A., Barrera Galván, J., Gama Velázquez, J. M., Velazquez Rivera, L.,
Pineda Castillo, A. E., & Ruiz Reyes, D.
86
La Tabla 2 resume las principales terapias
complementariasynofarmacológicas
identificadasen la revisióndocumental,
destacando su nivel de evidencia, poblaciones
o indicaciones más frecuentes, beneficios
principales y referencias clave que respaldan
su aplicación clínica.
En primer lugar, la acupuntura se presenta
como una de las intervenciones más
estudiadas para dolor lumbar, fibromialgia y
cefalea tensional. La evidencia revisada
respalda su eficacia moderada a alta como
coadyuvante para aliviar síntomas subjetivos y
mejorar la calidad de vida, con un perfil de
seguridad favorable (Vickers et al., 2018;
Cohen et al., 2021).
Elyoga,principalmenteorientadoa
pacientes con dolor lumbar crónico y artrosis,
muestra un nivel de evidencia moderado.
Diversos ensayos han reportado beneficios en
flexibilidad, fuerzayreducciónde la
discapacidad funcional asociada al dolor
persistente (Wieland et al., 2013, 2017).
La práctica de mindfulness se incluye como
intervencióncomplementariadirigidaa
pacientes condolor crónico
musculoesquelético y niveles elevados de
estrés. Se observa evidencia de nivel
moderado que respalda su utilidad para
disminuir la percepción subjetiva de dolor y
favorecer el afrontamiento emocional (Cherkin
et al., 2016; Eccleston et al., 2014).
La terapia cognitivo-conductual (TCC)
destaca como una de las intervenciones no
farmacológicas con mayor respaldo empírico.
Presenta nivel de evidencia alto en el manejo
deldolorcrónicogeneralizadoydolor
neuropático, principalmenteal abordar
aspectos emocionalesy conductuales
relacionados con la experiencia dolorosa
(Eccleston et al., 2014, 2017).
Dentro de las intervenciones físicas, la
fisioterapia y el ejercicio supervisado muestran
un nivel de evidencia alto, con resultados
positivos en la mejora de la funcionalidad
física y la reducción de la intensidad del dolor
en pacientes con dolor musculoesquelético
persistente (Kamper et al., 2015; Cohen et al.,
2021).
Lasinyeccionesepidurales,aunque
mínimamente invasivas, se consideran dentro
de este grupo por su papel coadyuvante en
casos de dolor radicular o lumbar específico. La
evidenciarevisadaindica un nivel
moderado de eficacia, principalmente como
opción para alivio localizado de corto plazo
(Bicket et al., 2018; Chou et al., 2016).
Finalmente, la educación para el manejo del
dolor se presenta como un componente
esencial de los programas de autocuidado y
adherencia terapéutica. Su nivel de evidencia
es moderado, destacándose su aporte para
fortalecer la capacidad de afrontamiento y la
participación activa del paciente en su proceso
de recuperación (Gatchel et al., 2014).
En conjunto, los hallazgos sintetizados en la
Tabla2evidencianladiversidadde
intervenciones complementarias disponibles,
así como su integración gradual en programas
de tratamiento multimodal para el manejo del
dolor crónico.
SAGA Rev. Cienc. Multidiscip. | e-ISSN 3073-1151 | Julio-Septiembre, 2025 | vol. 2 | núm. 3 | pág. 80-96
Velasco Espinal, J. A., Fuentes Vega, A., Barrera Galván, J., Gama Velázquez, J. M., Velazquez Rivera, L.,
Pineda Castillo, A. E., & Ruiz Reyes, D.
87
Gráfico 1
Nivel de evidencia de terapias complementarias para el manejo del dolor crónico
La Gráfica 1 sintetiza de forma visual el nivel
de evidencia científica disponible para distintas
terapiascomplementariasyno
farmacológicas empleadas en el tratamiento
del dolor crónico, clasificadas en una escala de
1 a 5, donde 1 representa evidencia muy baja y
5 evidencia robusta y bien establecida.
De acuerdo con los resultados de la revisión
documental, la terapia cognitivo-conductual
(TCC) y la fisioterapia acompañada de
ejercicio supervisado se destacan con la
puntuación máxima (5). Estos enfoques han
sidoampliamenteevaluadosenensayos
clínicos controlados, revisiones sistemáticas y
metaanálisis de alta calidad (Eccleston et al.,
2014; Eccleston et al., 2017; Kamper et al.,
2015; Cohen et al., 2021). La TCC ha
demostrado efectos significativos sobre la
reducción de la intensidad del dolor, la
discapacidadasociaday losfactores
psicológicos que perpetúan el dolor,
consolidándose como uno de los pilares más
efectivos dentro de los programas integrales
(Eccleston et al., 2014; Eccleston et al., 2017).
Por su parte, la fisioterapia, combinada con
programas de ejercicio estructuradoy
supervisado, presenta evidencia sólida para
mejorar la funcionalidad física, fortalecer la
musculatura y prevenir la cronificación del
dolor, especialmente en patologías
musculoesqueléticas persistentes (Kamper et
al., 2015; Cohen et al., 2021).
En un nivel alto intermedio (4), la
acupunturaseposicionacomouna
intervención complementaria cada vez más
integrada a la práctica clínica, particularmente
en dolor lumbar, fibromialgia y cefaleas
tensionales (Vickers et al., 2018; Cohen et al.,
2021).Distintos ensayos controlados
aleatorizados y metaanálisis individuales han
confirmado su efecto coadyuvante,
destacando su perfil de bajo riesgo y la
aceptación creciente entre los pacientes
que buscan alternativas no farmacológicas.
El bloque de intervenciones con nivel de
evidencia moderado (3) comprende el yoga, el
mindfulness, las inyecciones epidurales y los
programas de educación para el manejo del
dolor.Elyogahademostradomejoras
funcionales y reducción de la discapacidad en
pacientes con dolor lumbar crónico y artrosis,
aunque su efectividad varía en función de la
frecuencia de la práctica y la calidad de la
supervisión (Wieland et al., 2013; Wieland et
al., 2017). El mindfulness, por su parte, ha
ganado respaldo comointervención
complementaria para modular la percepción
del dolor y mejorar la gestión del estrés,
especialmente cuando se combina con
terapias cognitivas (Cherkin et al., 2016;
Eccleston et al., 2014).
Las inyecciones epidurales, si bien son
procedimientos mínimamente invasivos más
comunes en escenarios de dolor lumbar
radicular, muestran un nivel de evidencia
SAGA Rev. Cienc. Multidiscip. | e-ISSN 3073-1151 | Julio-Septiembre, 2025 | vol. 2 | núm. 3 | pág. 80-96
Velasco Espinal, J. A., Fuentes Vega, A., Barrera Galván, J., Gama Velázquez, J. M., Velazquez Rivera, L.,
Pineda Castillo, A. E., & Ruiz Reyes, D.
88
moderado en cuanto a efectividad a corto
plazo y alivio focalizado, especialmente
cuando se emplean como parte de estrategias
combinadas (Bicket et al., 2018; Chou et al.,
2016). Por último, la educación para el manejo
del dolor emerge como una herramienta
esencial dentro demodelos
biopsicosocialese interdisciplinarios,
yaquefortalece la participación
activa del paciente, mejora la adherencia
terapéutica yfomenta la
autogestión de síntomas crónicos (Gatchel et
al., 2014).
Cabe destacar que la evidencia disponible
muestra una tendencia consistente hacia la
combinacióndeestasintervenciones
complementarias con tratamientos
farmacológicos bien seleccionados (Turk et al.,
2011; Cohen et al., 2021; Finnerup et al.,
2015). En este sentido, diversas guías clínicas y
consensos internacionales respaldan la
integraciónprogresivadeterapiasno
farmacológicasdentro de programas
multimodales, priorizando aquellas con mayor
respaldo empírico y adaptándolas a las
necesidades individuales decadapaciente(Bril
et al., 2011; Attal et al., 2010; Moulin et al.,
2014).
En conjunto, la Gráfica 1 evidencia la
heterogeneidad en la solidez de la evidencia
que respalda cada intervención, reafirmando
la relevancia de priorizar aquellas con
efectos comprobados y de seguir
ampliando la investigación sobre estrategias
emergentes y complementarias (Eccleston et
al., 2014; Kamper et al., 2015; Vickers et al.,
2018). Este patrón refuerza la importancia de
modelos de atención interdisciplinarios,
integradores y centrados en la
personaparaabordar demanera efectiva la
complejidad del dolor crónico.
Gráfico 2
Frecuencia de aparición de terapias complementarias en estudios revisados
La Gráfica 2 representa la frecuencia
relativaconlaquedistintasterapias
complementarias y nofarmacológicas
aparecen documentadas en la literatura
revisada sobre el manejo integral del dolor
crónico. Este análisis de frecuencia permite
identificarno sólo la variedadde
intervenciones disponibles, sino también
aquellas que concentran mayor respaldo y
aplicación en estudios recientes.
La terapia cognitivo-conductual (TCC)
encabeza la distribución, con una presencia
aproximada en el 90% de los artículos
consultados, reflejando su posición como
intervención psicológica de referencia para
SAGA Rev. Cienc. Multidiscip. | e-ISSN 3073-1151 | Julio-Septiembre, 2025 | vol. 2 | núm. 3 | pág. 80-96
Velasco Espinal, J. A., Fuentes Vega, A., Barrera Galván, J., Gama Velázquez, J. M., Velazquez Rivera, L.,
Pineda Castillo, A. E., & Ruiz Reyes, D.
89
modular la experiencia del dolor, intervenir
sobre factores conductuales y emocionales, y
promoverestrategiasde
afrontamiento adaptativas
(Eccleston et al., 2014; Eccleston et al., 2017;
Turk et al., 2011). Su alta frecuencia
confirma la consistencia de la evidencia
acumulada en revisiones sistemáticas y
guías clínicas (Bril et al., 2011; Cohen et al.,
2021).
La fisioterapia y el ejercicio supervisado
ocupan el segundo lugar, con una frecuencia
del 85%, destacándose como componentes
fundamentales en los programas
multimodales para el dolor
musculoesquelético persistente y el dolor
crónico de espalda baja (Kamper et al., 2015;
Cohen et al., 2021). Diversos estudios
coinciden en que la actividad física adaptada
contribuye significativamente a la reducción
del dolor y la mejora de la capacidad funcional
(Gatchel et al., 2014).
Laacupuntura,documentadaen
aproximadamente el 70% de los estudios,
refuerza su integración gradual como terapia
complementaria de uso frecuente para dolor
lumbar, fibromialgia y cefaleas tensionales
(Vickers et al., 2018; Cohen et al., 2021). La
aceptación de esta técnica se debe en parte a
su bajo riesgo de efectos adversos y a la
demanda creciente poropciones
terapéuticasno invasivas.
El mindfulness, con una frecuencia cercana
al 60%, refleja la tendencia creciente a incluir
prácticasdeatenciónplenacomo
complemento en la autogestión del
dolor crónico, especialmente en
combinación con terapias cognitivo-
conductuales (Cherkin et al.,2016;
Ecclestonet al.,2014).Su
efectividad para modular la percepción del
dolor y reducir niveles de estrés ha sido
validada por estudios recientes.
El yoga aparece en un 55% de los
documentosrevisados,vinculado
principalmente a programas de intervención
para dolor lumbar crónico y artrosis (Wieland
et al., 2013; Wieland et al., 2017). Su
incorporación responde a su accesibilidad, su
enfoque holístico y su potencial para mejorar
la flexibilidad, la posturay el bienestargeneral.
Las inyecciones epidurales muestran una
frecuencia del 50%, dado que, si bien no son
estrictamente terapias complementarias, se
consideran en la práctica como intervenciones
coadyuvantes mínimamente invasivas en dolor
radicular y dolor lumbar específico (Bicket et
al., 2018; Chou et al., 2016). Su inclusión
reflejalarelevanciadeestrategias
intervencionistas como parte de un abordaje
integral.
Finalmente, los programas de educación
para el manejo del dolor alcanzan un 65% de
menciónenlaliteraturarevisada.Esta
proporción confirmasu papel como
intervención transversal que complementa
tratamientos farmacológicosy no
farmacológicos, favoreciendo el autocuidado,
laadherencia terapéutica y la
corresponsabilidad del paciente en su proceso
de recuperación (Gatchel et al., 2014).
En conjunto, la Gráfica 2 evidencia que las
intervencionesconmayorfrecuenciade
aparición en la literatura —TCC, fisioterapia y
acupuntura— coinciden con aquellas que
cuentan con mayor nivel de evidencia, como se
mostró previamente en la Gráfica 1. Esta
convergencia refuerzalarelevanciade
fortalecer modelos deatención
interdisciplinaria, que combinen terapias de
eficaciacomprobada con prácticas
complementarias adaptadas al perfil de cada
paciente (Turk et al., 2011; Kamper et al.,
2015; Cohen et al., 2021).
SAGA Rev. Cienc. Multidiscip. | e-ISSN 3073-1151 | Julio-Septiembre, 2025 | vol. 2 | núm. 3 | pág. 80-96
Velasco Espinal, J. A., Fuentes Vega, A., Barrera Galván, J., Gama Velázquez, J. M., Velazquez Rivera, L.,
Pineda Castillo, A. E., & Ruiz Reyes, D.
90
Gráfico 3
Distribución de enfoques terapéuticos en estudios revisados
La Gráfica 3 muestra la distribución
porcentualdelosenfoquesterapéuticos
predominantes identificados en la literatura
revisada sobre el tratamiento del dolor
crónico. Los datos permiten observar cómo se
reparten lasestrategias entre
intervenciones exclusivamente
farmacológicas, exclusivamente no
farmacológicas y aquellas que combinan
ambos tipos de abordaje dentro de un marco
interdisciplinario.
Según los hallazgos sintetizados, solo un
20% de los estudios incluidos describen
protocolos que se basan exclusivamente en
farmacoterapia convencional o emergente.
Este grupo corresponde principalmente a
investigaciones centradas en ensayos clínicos
de nuevos fármacos, revisiones de eficacia de
opioides, antidepresivos o anticonvulsivantes,
y consensos específicos sobre farmacología
aplicada (Finnerup et al., 2015; Moulin et al.,
2014; Dworkin et al., 2007). Estos trabajos se
enfocan en analizar dosis, eficacia comparativa
y perfiles de seguridad, destacando los límites
del tratamiento farmacológico aislado, sobre
todo ante la crisis por uso prolongado de
opioides (Häuser et al., 2016; Turk et al.,
2011).
En contraste, apenas un 15% de los estudios
revisados se enfocan exclusivamente en
terapiasnofarmacológicascomoyoga,
mindfulness, acupunturao TCC, sin
combinarseconmedicamentos.Estos
documentos suelen explorar la eficacia aislada
de cada intervención o analizar modelos piloto
de terapias complementarias (Eccleston et al.,
2014; Vickers et al., 2018; Wieland et al.,
2013). Si bien demuestranbeneficios
relevantes, su aplicación real suele estar
limitada cuando se usan como única
estrategia, especialmente en pacientes con
dolor crónico severo o condiciones
neuropáticas (Bril et al., 2011).
El dato más relevante que destaca la
Gráfica 3 es que un 65% de los estudios
revisados adoptan un enfoque combinado,
integrando farmacoterapia con terapias no
farmacológicas dentrodemodelos
multimodales, interdisciplinarios y
centrados en la persona (Turk et al., 2011;
Cohen et al., 2021; Gatchel et al., 2014). Este
hallazgo refleja la evolución del paradigma de
manejo del dolor crónico en la última
década, orientado a superar la
dependencia de medicamentos mediante la
incorporación de intervenciones psicológicas,
físicas y educativas. Guías internacionales y
revisiones sistemáticas insisten en que esta
combinación potencia los efectos
terapéuticos, optimiza la funcionalidad y
reduce riesgos
SAGA Rev. Cienc. Multidiscip. | e-ISSN 3073-1151 | Julio-Septiembre, 2025 | vol. 2 | núm. 3 | pág. 80-96
Velasco Espinal, J. A., Fuentes Vega, A., Barrera Galván, J., Gama Velázquez, J. M., Velazquez Rivera, L.,
Pineda Castillo, A. E., & Ruiz Reyes, D.
91
asociadosatratamientosfarmacológicos
prolongados (Kamper et al., 2015; Chou et al.,
2016).
Además, la alta proporción de estudios que
priorizan estrategias integradas evidencia la
tendencia a adoptar modelos biopsicosociales,
que abordan no solo la dimensión física del
dolor, sino también factores emocionales,
conductuales y sociales que perpetúan la
discapacidad y el sufrimiento (Gatchel et al.,
2014; Eccleston et al., 2017). En este sentido, la
evidenciarevisadarespaldaquelos
programas combinados mejoran la adherencia
del paciente y promueven el autocuidado,
aspectos clave para la sostenibilidad de los
resultados a largo plazo (Häuser et al., 2016;
Cohen et al., 2021).
En conjunto, los datos de la Gráfica 3
refuerzan la relevancia de priorizar diseños
terapéuticosflexiblesypersonalizados,
ajustados a la condición clínica de cada
paciente y a sus necesidades psicosociales, una
tendencia que será ampliada y contextualizada
en la sección de discusión.
Tabla 3
Elementos clave de los modelos interdisciplinarios y biopsicosociales en dolor crónico
Elemento clave Descripción Referencia
Evaluación integral del pacienteIncluye historia clínica completa,Gatchel et al. (2014); Gatchel et al.
evaluación física, emocional y social (2021)
Plan terapéutico individualizadoAdaptación del tratamiento segúnTurk et al. (2011); Nielson et al.
diagnóstico, preferencias y contexto (2021)
Intervención farmacológicaSelección de medicamentos conDworkin et al. (2007); Hooten et al.
adecuada balance riesgo-beneficio individual (2010)
Terapias psicológicasConsideración de TCC, mindfulnessEccleston et al. (2014); Ehde et al.
complementarias y otras técnicas (2014)
Educación en autocuidadoCapacitación del paciente enGatchel et al. (2014); Kamper et al.
autocontrol y manejo de su(2015)
condición
Monitoreo y seguimiento continuoRevisión periódica de avances,Kamper et al. (2015); Gatchel et al.
ajustes terapéuticos oportunos (2021)
Participación de equipoTrabajo coordinado entre médicos,Gatchel et al. (2014); Cohen et al.
multidisciplinariopsicólogos, fisioterapeutas y otros (2021)
La Tabla 3 detalla los principales elementos
estructurales que definen a los modelos de
atención interdisciplinarios y biopsicosociales
aplicados al manejo integral del dolor crónico.
Esta síntesis permite visualizar de forma
ordenada los componentes que, de acuerdo
con la literatura revisada, optimizan la
eficacia terapéutica y favorecen resultados
sostenibles a largo plazo.
En primer lugar, la evaluación integral del
paciente se reconoce como punto de partida
esencial. Este elemento abarca no solo la
anamnesis y la exploración física, sino también
lavaloracióndefactoresemocionales,
cognitivos, sociales y laborales que influyen en
la percepción y cronificación del dolor
(Gatchel et al., 2014; Cohen et al., 2021).
Estudios recientes destacan que una
valoración incompleta limita la identificación
de barreras
psicosociales que perpetúan la discapacidad y
la dependencia de fármacos.
Elplanterapéuticoindividualizado
constituyeotropilar central.Lasguías
recomiendan diseñar intervenciones ajustadas
a la condición clínica, la comorbilidad, el
contexto social y las preferencias del paciente,
favoreciendo la adherencia y el compromiso
activo (Turk et al., 2011; Moulin et al., 2014).
Esta personalización mejora la aceptación de
terapias no farmacológicas, como la TCC, el
mindfulness o programas de ejercicio,
incrementando su efectividad.
La intervención farmacológica adecuada,
lejos de ser desplazada, se mantiene como
componenteimportante,siemprebajo
principios de selección racional, evaluación
del balance riesgo-beneficio y monitoreo de
posibles efectos adversos (Dworkin et al.,
SAGA Rev. Cienc. Multidiscip. | e-ISSN 3073-1151 | Julio-Septiembre, 2025 | vol. 2 | núm. 3 | pág. 80-96
Velasco Espinal, J. A., Fuentes Vega, A., Barrera Galván, J., Gama Velázquez, J. M., Velazquez Rivera, L.,
Pineda Castillo, A. E., & Ruiz Reyes, D.
92
2007; Finnerup et al., 2015). Este criterio es
clave para prevenir la dependencia a largo
plazo, especialmente en el contexto de la crisis
de opioides documentada en diversas
regiones.
Las terapias psicológicas complementarias,
principalmentelaTCC,laterapiade
aceptación y compromiso y programas
basados en mindfulness, figuran como
estrategias clave para abordar componentes
emocionales y conductuales del dolor
(Eccleston et al., 2014; Eccleston et al., 2017).
Su integración se respalda en múltiples
ensayos controlados que evidencian mejoras
en la reducción del dolor percibido, el
afrontamiento y la funcionalidad diaria.
Un componente transversal en los modelos
revisados es la educación en autocuidado. Este
aspecto involucra capacitar al paciente para
comprender la naturaleza multidimensional
del dolor, identificar factores
desencadenantes y aplicar técnicas prácticas
de manejo diario (Gatchel et al., 2014; Kamper
et al., 2015). La educación favorece la
corresponsabilidad, reducela
dependenciaexclusivadel
profesional y fomenta la adherencia a terapias
complementarias.
El monitoreo y seguimiento continuo es
igualmenteprioritario.Losmodelos
interdisciplinariosincorporan revisiones
periódicas para evaluar la evolución clínica,
realizar ajustes terapéuticos oportunos y
prevenir recaídas o complicaciones asociadas
al uso prolongado de medicamentos (Kamper
et al., 2015; Cohen et al., 2021).
Por último, la participación de un equipo
multidisciplinario asegura la coordinación
efectivaentremédicos,psicólogos,
fisioterapeutas, educadores en salud y, cuando
es necesario, especialistas en intervenciones
mínimamente invasivas (Gatchel et al., 2014;
Cohen et al., 2021). La integración de diversas
perspectivas profesionales amplía la capacidad
de respuesta frente a la complejidad del dolor
crónico y fortalece la continuidad de la
atención.
En conjunto, la Tabla 3 sintetiza los
principios que sustentan la transición de un
modelo biomédico limitado hacia un enfoque
biopsicosocial amplio, coherente con las
recomendaciones de consensos
internacionales y revisiones de alta calidad
(Turk et al., 2011; Gatchel et al., 2014; Cohen et
al., 2021). Estos elementos constituyen la base
para discutir, en lasiguientesección,
lasimplicaciones prácticas y los
retos para implementar modelos de atención
integradores en contextos clínicos reales.
DISCUSIÓN
Los hallazgos presentados confirman que el
dolor crónico, como problema complejo y
multifactorial, requiereun abordaje
terapéutico que trascienda la perspectiva
farmacológica tradicional. Los resultados de
este análisis documental evidencian que la
investigación contemporánea avanza de
forma consistente hacia modelos de atención
biopsicosociales, interdisciplinarios y
personalizados (Turk, Wilson & Cahana, 2011;
Gatchel et al., 2014; Cohen, Vase & Hooten,
2021).
Los datos muestran que la dependencia
exclusiva de fármacos, particularmente de
opioides,seencuentracadavezmás
cuestionada debido a los riesgos de tolerancia,
dependencia y crisis de abuso documentada en
múltiples contextos sanitarios (Häuser et al.,
2016; Schug et al., 2015; Moulin et al., 2014).
Revisiones clásicas como la de Dworkin et al.
(2007) y consensos recientes (Finnerup et al.,
2015) confirman que, si bien los opioides,
AINEs y adyuvantes como antidepresivos y
anticonvulsivantes conservan un papel en el
arsenal terapéutico, su eficacia aislada es
limitada,especialmentecuando no se
consideran variables psicológicas y sociales.
Alcompararestosresultadoscon
investigaciones previas, se corrobora que la
terapia cognitivo-conductual (TCC) y la
fisioterapiaestructurada encabezan las
estrategias no farmacológicas con mayor
respaldo empírico (Eccleston et al., 2014;
Eccleston et al., 2017; Kamper et al., 2015).
Metaanálisis de alta calidad, como los de
Eccleston y colaboradores, demuestran que la
TCClogra reduccionesclínicamente
significativas dela intensidad del dolor, mejora
lafuncionalidad física y disminuye la
discapacidad relacionada. Estaevidencia
coincide con la síntesis de Turk et al. (2011),
quienes destacan que la TCC es más efectiva
SAGA Rev. Cienc. Multidiscip. | e-ISSN 3073-1151 | Julio-Septiembre, 2025 | vol. 2 | núm. 3 | pág. 80-96
Velasco Espinal, J. A., Fuentes Vega, A., Barrera Galván, J., Gama Velázquez, J. M., Velazquez Rivera, L.,
Pineda Castillo, A. E., & Ruiz Reyes, D.
93
cuandosecombinaconestrategias
farmacológicas ajustadas.
La revisión muestra, además, que terapias
complementarias como el yoga, el mindfulness
y la acupuntura se han consolidado como
opciones válidas de soporte. Los metaanálisis
de Vickers et al. (2018) y Wieland et al. (2013,
2017) reportan que la acupunturatiene un
nivel de evidencia moderado a alto para
dolor lumbar, fibromialgia y cefaleas
tensionales, mientras que estudios como
Cherkin et al. (2016) destacan que
programas basados en mindfulness mejoran
la regulación emocional y reducen la
intensidad del dolor percibido.
Este patrón se refuerza con los hallazgos de
Nahin et al. (2009), quienes analizaron el uso
creciente de medicina complementaria y
alternativa (CAM) entre pacientes con dolor
crónico, evidenciando la preferencia por
intervenciones con bajo perfil de efectos
adversos. La incorporación de estrategias
como la educación en autocuidado y la
intervención psicosocial se alinea con la visión
propuesta por Gatchel et al. (2014) y Kamper
et al. (2015), quienes sostienen que la
sostenibilidad del tratamiento depende de la
corresponsabilidaddelpacienteyla
continuidad del monitoreo.
La Tabla 3 corrobora la relevancia de
estructurarprogramasinterdisciplinarios
basadosen unaevaluaciónintegral,la
definición de planes individualizados, el
monitoreo constante y la participación de
equipos multiprofesionales (Gatchel et al.,
2014; Cohen et al., 2021). Estos elementos se
enlazancon recomendaciones deguías
internacionales (Attal et al., 2010; Bril et al.,
2011; Dworkin et al., 2012), que sugieren que
la prescripción farmacológica debe realizarse
bajo un análisis estricto del balance riesgo-
beneficio, especialmente en neuropatías
periféricas, neuralgias y dolor de origen
musculoesquelético.
Porotraparte,seobservaquelos
tratamientosintervencionistas, comolas
inyecciones epidurales, mantienen un nivel de
evidencia moderado, fundamentalmente
como recurso coadyuvante para el manejo de
dolor radicular (Bicket et al., 2018; Chou et
al., 2016). Sin embargo, revisiones como la
de
Häuser et al. (2012) advierten que estos
procedimientos son útiles sólo cuando se
integran a un plan multidimensional y bajo
control especializado.
Al contrastar estos hallazgos, se identifican
coincidenciasydivergencias.Mientras
consensos como Moulin et al. (2014) y
revisiones sistemáticas (Finnerup et al., 2015)
sostienen que la farmacoterapia es
insustituible en etapas agudas y para cuadros
neuropáticos severos, otros estudios
subrayan que sin la incorporación de terapias
no farmacológicas, los beneficios se diluyen a
mediano plazo (Turk et al., 2011; Cohen et al.,
2021).
Además,esnecesarioreconocer
limitaciones relevantes.La diversidad
metodológica y la heterogeneidad en la calidad
delosensayos clínicos complicanla
comparación directa entre intervenciones.
Wieland et al. (2017) y Eccleston et al. (2017)
destacan que muchos ensayos sobre yoga o
mindfulness tienen sesgos de selección y
dificultades para cegar adecuadamente a
participantes e investigadores, lo que puede
sobreestimar los efectos positivos.
Porotraparte,lageneralizaciónde
resultados está restringidapor la
sobrerrepresentación de países de altos
ingresos en la base documental analizada
(Nahin et al., 2009). Contextos con recursos
limitados enfrentan barreras como la falta de
profesionales formados en TCC, la cobertura
limitada de terapias complementarias y la
escasa infraestructura para sostener
programas de seguimiento integral (Gatchel et
al., 2014; Cohen et al., 2021).
En este sentido, la revisión invita a plantear
nuevas líneas de investigación. Se requieren
estudios multicéntricos, bien diseñados y
adaptados a realidades locales, que comparen
lacosto-efectividaddecombinar
farmacoterapiacon intervenciones
psicosociales yfísicas. Tambiénes
indispensable profundizar en estudios
longitudinales que evalúen la adherencia y el
impacto en la calidad de vida a largo plazo
(Attal et al., 2010; Bril et al., 2011; Kamper et
al., 2015).
SAGA Rev. Cienc. Multidiscip. | e-ISSN 3073-1151 | Julio-Septiembre, 2025 | vol. 2 | núm. 3 | pág. 80-96
Velasco Espinal, J. A., Fuentes Vega, A., Barrera Galván, J., Gama Velázquez, J. M., Velazquez Rivera, L.,
Pineda Castillo, A. E., & Ruiz Reyes, D.
94
Finalmente,laevidenciaacumulada
refuerza la urgencia de políticas públicas que
prioricen la formación interdisciplinaria, la
integración de terapias complementarias en
guías nacionales y la regulación estricta de la
prescripción de opioides (Häuser et al., 2016;
Schug et al., 2015; Cohen et al., 2021). Como
proponen Gatchel et al. (2014) y Turk et al.
(2011), el cambio de paradigma exige también
un cambio de mentalidad en profesionales y
pacientes, pasando de un modelo centrado en
“curar” a uno que enfatice la adaptación
funcional,la corresponsabilidadyla
autonomía.
En conjunto, esta revisión contribuye a
consolidar la premisa de que el manejo del
dolor crónico no puede desligarse del contexto
biopsicosocial en el quesemanifiesta, ni puede
depender exclusivamente de la prescripción de
medicamentos. Se confirma así la validez de
articularconocimientofarmacológico,
intervencionespsicológicas yestrategias
complementarias para afrontar un problema
que, según Breivik et al. (2013) y Cohen et al.
(2021), continuarásiendo uno delos
principales desafíos de la salud pública
mundial en las próximas décadas.
CONCLUSIONES
El análisis documental realizado confirma
queel tratamiento del dolor crónico
requierede forma urgente una evolución
sostenida desde un modelo estrictamente
farmacológico hacia un enfoque
interdisciplinario, biopsicosocial y centrado en
la persona, alineado con la hipótesis y los
objetivos planteados al inicio de este estudio.
Los resultados revisados demuestran que, si
bien la farmacoterapia —principalmente los
opioides,AINEs,antidepresivosy
anticonvulsivantes— continúa desempeñando
un papel importante en el control del dolor
crónico, sus limitaciones en términos de
eficacia sostenida, riesgo de dependencia y
crisis de abuso hacen evidente la necesidad de
complementarestos tratamientos con
intervenciones no farmacológicas basadas en
evidencia.
Las terapias como la terapia cognitivo-
conductual (TCC), la fisioterapia supervisada,
el mindfulness, la acupuntura, el yoga y los
programas de educación en autocuidado han
mostrado niveles de eficacia moderada a alta
para modular la percepción del dolor, mejorar
lafuncionalidadyfortalecerla
corresponsabilidad del paciente en su proceso
terapéutico. Esta convergencia confirma la
validez de modelos de atención combinados,
queaprovechen los beneficiosdela
farmacología adecuada sin descuidar los
determinantes psicosociales del dolor crónico.
Los hallazgos refuerzan la relevancia de
adoptarmodelosdeatenciónintegrales,
sustentadosen una evaluación
multidimensional del paciente, la planificación
individualizada del tratamiento, el seguimiento
continuo y la participación activa de equipos
interdisciplinarios. Estas prácticas representan
una base sólida para optimizar resultados
clínicos y mejorar la calidad de vida de
millones de personas afectadas por el dolor
persistente.
En términos teóricos, este estudio reafirma
la vigencia del paradigma biopsicosocial como
marco interpretativo y operativo para
entender y tratar el dolor crónico, en
concordancia con laevidenciaacumulada
enrevisiones, metaanálisis y guías
clínicas internacionales. En lapráctica,
losresultadostienen implicancias
directas para la formulación de políticas
públicas, la capacitaciónde profesionales
de la salud y la estructuración de programas
de rehabilitación y autocuidado adaptados a
diversos contextos.
No obstante, es importante reconocer las
limitaciones de este trabajo. Al tratarse de un
estudiodeanálisisdocumental,sus
conclusiones dependen de la calidad, alcance y
contexto geográfico de losdocumentos
revisados, los cuales provienen principalmente
de países de ingresos altos con sistemas de
salud más robustos. Asimismo, la variabilidad
metodológica entreestudios dificulta la
comparación directa de resultados y la
estandarización de protocolos de intervención
no farmacológica.
De cara al futuro, se recomienda continuar
con investigaciones multicéntricas y ensayos
clínicos bien diseñados que exploren la
efectividad comparativa de combinaciones
SAGA Rev. Cienc. Multidiscip. | e-ISSN 3073-1151 | Julio-Septiembre, 2025 | vol. 2 | núm. 3 | pág. 80-96
Velasco Espinal, J. A., Fuentes Vega, A., Barrera Galván, J., Gama Velázquez, J. M., Velazquez Rivera, L.,
Pineda Castillo, A. E., & Ruiz Reyes, D.
95
terapéuticas,sucosto-efectividad,la
sostenibilidad de su aplicación en distintos
entornos y la percepción de los pacientes
sobre la integración de terapias
complementarias en su tratamiento habitual.
En síntesis, este trabajo confirma que
afrontar el desafío del dolor crónico implica
mucho más que prescribir medicamentos:
requiere de profesionales formados, pacientes
informadosysistemasdesalud
comprometidos conenfoques integrados,
interdisciplinarios y humanizados, capaces de
responder de forma efectiva a una de las
problemáticas de salud pública más
prevalentes y complejas del mundo
contemporáneo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Attal, N., Bouhassira, D., Baron, R., Dostrovsky, J.
O., Dworkin, R. H., Finnerup, N. B., ... & Rice, A.
S.(2010).EFNSguidelinesonthe
pharmacological treatment of neuropathic
pain: 2010 revision. European Journal of
Neurology, 17(9), 1113–e88.
Bicket, M. C., Dunn, R. Y., & Dombrowski, M.
(2018). Epidural injections for spinal pain: A
systematic review and meta-analysis evaluating
the‘control’injectionsinrandomized
controlled trials. Anesthesia & Analgesia,
127(2), 543–552.
Breivik, H., Eisenberg, E., & O’Brien, T. (2013). The
individual and societal burden of chronic pain
inEurope:Thecase forstrategic
prioritisation and action to improve knowledge
and availability of appropriate care. BMC
Public Health, 13(1), 1–14.
Bril, V., England, J., Franklin, G. M., Backonja, M.,
Cohen, J., Del Toro, D., ... & Zochodne, D. (2011).
Evidence-based guideline: Treatment of painful
diabetic neuropathy. Neurology, 76(20), 1758–
1765.
Cherkin, D. C., Sherman, K. J., Balderson, B. H.,
Cook, A. J., Anderson, M. L., Hawkes, R. J., ... &
Turner, J. A. (2016). Effect of mindfulness-
based stress reduction vs cognitive behavioral
therapy or usual care on back pain and
functional limitations in adults with chronic low
back pain. JAMA, 315(12), 1240–1249.
Chou, R., Gordon, D. B., de Leon-Casasola, O. A.,
Rosenberg, J. M., Bickler, S., Brennan, T., ... &
Wu, C. L. (2016).Management ofpostoperative
pain: A clinical practice guideline. The Journal of
Pain, 17(2), 131–157.
Cohen, S. P., Vase, L., & Hooten, W. M. (2021).
Chronic pain: An update on burden, best
practices, and new advances. The Lancet,
397(10289), 2082–2097.
Dworkin, R. H., O’Connor, A. B., Backonja, M.,
Farrar, J. T., Finnerup, N. B., Jensen, T. S., ... &
Wallace,M.S.(2007).Pharmacologic
management of neuropathic pain: Evidence-
based recommendations. Pain, 132(3), 237–
251.
Dworkin, R. H., Turk, D. C., Peirce-Sandner, S.,
Baron, R., Bellamy, N., Burke, L. B., ... &
Rappaport, B. A. (2012). Research design
considerations for confirmatory chronic pain
clinical trials: IMMPACT recommendations.
Pain, 153(6), 1148–1158.
Eccleston, C., Fisher, E., Craig, L., Duggan, G. B.,
Rosser,B.A.,&Keogh,E.(2014).
Psychological therapies (internet‐delivered) for
the management of chronic pain in adults. The
Cochrane Database of Systematic Reviews, 2.
Eccleston, C., Fisher, E., Law, E., Bartlett, J., &
Palermo,T.M.(2017).Psychological
interventions for parents of children and
adolescents with chronic illness. The Cochrane
Database of Systematic Reviews, 8.
Finnerup, N. B., Attal, N., Haroutounian, S.,
McNicol, E., Baron, R., Dworkin, R. H., ... &
Wallace, M. (2015). Pharmacotherapy for
neuropathic pain in adults: A systematic review
and meta-analysis. The Lancet Neurology,
14(2), 162–173.
Gatchel, R. J., McGeary, D. D., McGeary, C. A., &
Lippe, B. (2014). Interdisciplinary chronic pain
management:Past,present,andfuture.
American Psychologist, 69(2), 119–130.
Häuser, W., Bernardy, K., Uçeyler, N., & Sommer, C.
(2012). Treatment of fibromyalgia syndrome
with antidepressants: A meta-analysis. JAMA,
301(2), 198–209.
Häuser, W., Petzke, F., Radbruch, L., & Tölle, T. R.
(2016). The opioid epidemic and the long-term
opioid therapy for chronic non-cancer pain
revisited: A transatlantic perspective. Pain,
157(12), 2673–2676.
Kamper, S. J., Apeldoorn, A. T., Chiarotto, A.,
Smeets, R. J., Ostelo, R. W., Guzman, J., & van
Tulder,M.W.(2015).Multidisciplinary
biopsychosocial rehabilitation for chronic low
back pain. Cochrane Database of Systematic
Reviews, 9.
Kress,H. G., Aldington,D., Alon, E.,Coaccioli, S.,
Coluzzi, F., Hui, D., ... & Varrassi, G. (2015). A
holisticapproachtochronicpain
management that involves all
stakeholders: Change is needed. Current
Medical Research and Opinion, 31(9), 1743–
1754.
Moulin, D., Clark, A. J., Gilron, I., Ware, M. A.,
Watson, C. P., Sessle, B. J., ... & Morley-
SAGA Rev. Cienc. Multidiscip. | e-ISSN 3073-1151 | Julio-Septiembre, 2025 | vol. 2 | núm. 3 | pág. 80-96
Velasco Espinal, J. A., Fuentes Vega, A., Barrera Galván, J., Gama Velázquez, J. M., Velazquez Rivera, L.,
Pineda Castillo, A. E., & Ruiz Reyes, D.
96
Forster,P.K.(2014).Pharmacological
management of chronic neuropathic pain:
Revised consensusstatementfromthe Canadian
Pain Society. Pain Research and Management,
19(6), 328–335.
Nahin, R. L., Barnes, P. M., Stussman, B. J., & Bloom,
B. (2009). Costs of complementary and
alternative medicine (CAM) and frequency of
visits to CAM practitioners: United States,
2007. National Health Statistics Reports, 18, 1–
14.
Schug, S. A., Palmer, G. M., Scott, D. A.,
Halliwell, R., & Trinca, J. (2015). Acute pain
management: Scientific evidence. Australian
and New Zealand College of Anaesthetists &
Faculty of Pain Medicine.
Turk, D. C., Wilson, H. D., & Cahana, A. (2011).
Treatment of chronic non-cancer pain. The
Lancet, 377(9784), 2226–2235.
Vickers, A. J., Vertosick, E. A., Lewith, G.,
MacPherson, H., Foster, N. E., Sherman, K. J., ...
& Linde, K. (2018). Acupuncture for chronic
pain: Update of an individual patient data
meta-analysis. The Journal of Pain, 19(5), 455–
474.
Wieland, L. S., Skoetz, N., Pilkington, K.,
Vempati, R., & D’Adamo, C. R. (2013). Yoga
treatment for chronic non-specific low back
pain. The Cochrane Database of Systematic
Reviews, 1.
Wieland, L. S., Skoetz, N., Pilkington, K.,
Vempati,R., D’Adamo, C. R., & Berman, B. M.
(2017). Yoga treatment for chronic non‐specific
lowbackpain.CochraneDatabaseof
Systematic Reviews, 1.
DECLARACIÓN DE CONFLICTO DE INTERESES Los autores
declaran no tener conflictos de intereses.
DERECHOS DE AUTOR
Velasco Espinal, J. A., Fuentes Vega, A., Barrera Galván, J., Gama Velázquez, J. M., Velazquez Rivera,
L., Pineda Castillo, A. E., & Ruiz Reyes, D. (2025)
Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo la licencia Creative Commons de Atribución No
Comercial 4.0, que permite su uso sin restricciones, su distribución y reproducción por cualquier
medio, siempre que no se haga con fines comerciales y el trabajo original sea fielmente citado.
El texto final, datos, expresiones, opiniones y apreciaciones contenidas en esta publicación es de
exclusiva responsabilidad de los autores y no necesariamente reflejan el pensamiento de la revista.